Idioma: Español
Fecha: Subida: 2014-09-22T00:00:00+02:00
Duración: 21m 18s
Lugar: Espinardo - Facultad de Veterinaria - Sala de Disección de Anatomía Veterinaria.
Lugar: Presentación
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Órgano digital del caballo

Descripción

Este vídeo describe las principales estructuras anatómicas que conforman el órgano digital del caballo

Transcripción

Para estudiar las formaciones protectoras  del órgano digital, vamos a recurrir a   las preparaciones que tenemos sobre la mesa. En concreto, la base ósea del extremo distal del dedo del caballo, un corte sagital del dedo del caballo donde identificamos estas estructuras protectoras en relación con la base ósea y articulaciones de la zona del órgano digital, y piezas donde hemos separado el corion o dermis de la epidermis o estuche córneo. Con estas piezas analizaremos  estos órganos protectores o estructuras protectoras del órgano digital. Recordemos que el órgano digital va a afectar a, principalmente, la falange distal del dedo del caballo. En esta falange distal del dedo del caballo, describíamos una cara parietal que se proyecta hasta las apófisis palmares donde están localizados los cartílagos ungulares. Esta cara parietal tiene un borde solear, que la separa de la cara solear. Esta cara solear uniformemente cóncava, con las estructuras o los accidentes propios para la inserción de, concretamente, el tendón flexor digital profundo. Será sobre esta base ósea donde  se dispone la dermis que va a proteger al órgano digital. Esta dermis es una dermis especial, una  dermis tremendamente vascularizada e inervada, y la denominamos corion. De igual forma, sobre ese dermis se dispondrá la epidermis. La epidermis modificada con respecto al patrón general de la piel, una epidermis totalmente queratinizada que nos va a formar el estuche córneo o casco, y es lo que vemos en este corte sagital. Ahí es donde vemos la sección de esa epidermis modificada. No sólo se va a modificar la dermis y la epidermis, sino además también parte de la  hipodermis o tejido subcutáneo. En concreto, en la zona más palmar y que ahora consideraremos concretamente su posición, se identifica un espesamiento de la hipodermis o tejido subcutáneo, que conocemos como almohadilla ungular.    Se trata de una región en forma de cuña, que se modifica, como decimos, aumentando el tejido en esa región, sobre todo fundamentalmente tejido fibroelástico, y que va a permitir la amortiguación del golpe durante la locomoción de ese animal. Para sistematizar el estudio de estas estructuras órganos protectores del órgano digital, vamos a dividir ese órgano digital en distintas regiones, que las podemos marcar aquí en esta pieza y en esta otra. Hablaremos en primer lugar de una región perióplica o del limbo, que corresponde a la zona de transición entre la piel normal y esta otra estructura modificada, propia del órgano  digital. Por lo tanto, queda en la zona más proximal de esta región del órgano digital que estamos estudiando. A continuación, hablaremos inmediatamente distal a la región perióplica, de una región de la corona, o coronal, que aproximadamente tiene un espesor o una anchura de entre uno y medio y dos centímetros y, como digo, va dispuesto en ese borde coronario en relación  con la región perióplica o del limbo. La tercera región que describimos es aquella que se extiende a lo largo de toda la pared o cara parietal que hemos descrito en la falange distal. Se trataría, por lo tanto, de la región parietal o pared.  Y es todo lo que vemos en el casco desde el  exterior, en una visión con el órgano digital, con el extremo del dedo apoyado sobre el suelo.  La siguiente región es la que afecta a la suela, y de ahí hablamos de una región solear o de la suela. Toda esta región. Y, finalmente, la región de la cuña, o región cuneal. También se denomina ranilla. Para cada una de estas regiones que hemos  ido describiendo, existen modificaciones tanto en la dermis como en la epidermis. Si separamos la zona de dermis de la zona de hipodermis, vemos cómo la dermis está dispuesta sobre la estructura ósea. Esta zona donde se ha perdido tejido dérmico  es ya el hueso, es la falange distal. Si empezamos por la primera región, la región perióplica o del limbo, vemos que corresponde a una estrecha banda, dispuesta en la zona más proximal y caracterizada por presentar, si la observamos con lupa, caracterizada por presentar esa dermis pequeñas papilas que se proyectan desde esa superficie. La siguiente región en relación a la dermis, es la  región de la corona o dermis coronal. Esa corona, como decíamos anteriormente, tiene un espesor aproximadamente de un centímetro, centímetro y medio, incluso dos en las zonas más centrales, y va recorriendo de lado a lado toda esta zona más próximal. Esa dermis o corion coronal, o de  la corona, se caracteriza por presentar también una estructura o una conformación en forma de papilas, de mayor longitud a las del limbo, y es la dermis de mayor importancia, puesto que desde ella se va a producir, se va a generar, el tejido epidérmico. Es decir, será a partir de  esta dermis o corion coronal, desde donde crezca, desde donde se aumente la producción de  tejido epidérmico, es decir, de estuche córneo.   Por lo tanto, el casco crece exclusivamente desde  esta zona correspondiente al corion coronal. La siguiente región que comentábamos es la región parietal, y vemos que, sobre esa región parietal,   la dermis que nos encontramos es una dermis dispuesta en forma de láminas. Láminas de un número aproximado de unas 600, y en cada una de ellas existen laminillas, aproximadamente de unas 160. Por tanto, estas láminas dermales, si  las extendiésemos completamente, puesto que se   trata de una dermis completamente plegada sobre sí misma, si extendiésemos toda la superficie de esta dermis parietal, vendría a ocupar aproximadamente un metro cuadrado. Por lo tanto, es una forma de aumentar la superficie de contacto en esa región de la pared. Esta dermis de la pared o corion parietal, se extiende hacia la región de la cuña o ranilla, y nos forma aquí un giro que conocemos como porción inflexa,  la porción inflexa del corion de la pared. Hemos visto y hemos analizado el corion del limbo,  el corion de la corona y el corion parietal. ¿Cuál es la correspondencia de estos tres corion en la epidermis? Bien. Si volvemos a colocar la pieza en su posición, vemos que esos tres corion, esas tres porciones de corion, corresponden  externamente con lo que conocemos como la pared córnea. Una pared que en su aspecto externo apenas nos permite diferenciar ninguna de esas tres  regiones, sino que es uniformemente convexa, esa pared córnea en su cara externa y aparecen estrías que van dispuestas de forma transversal, que nos indican las distintas zonas de crecimiento de ese estuche córneo. La pared córnea, por lo tanto, se extiende desde este borde coronario hasta el borde que la separa de la suela, es decir, el borde solear. Entre el borde solear de la pared córnea y la suela córnea que estudiaremos posteriormente, queda una línea que vemos en este estuche córneo, una línea de color más claro, que conocemos como línea alba o línea blanca. Es de este color, puesto que está ocupada   por un material céreo y es el sitio que se utiliza  para colocar los clavos de la herradura. Si nos fijamos en cualquiera de estas otras piezas con herradura, vemos cómo esos clavos están dispuestos justo en esa zona de transición, entre el borde solear de la pared y la propia suela, y van dirigidos hacia el espesor de la pared, para terminar saliendo por esa pared córnea. Por lo tanto, esa línea alba es de importancia  puesto que es donde, como decíamos, se colocan los clavos de la herradura. La pared córnea, en su cara externa, termina extendiéndose también hacia la cuña córnea, y es lo que conocemos como las  porciones inflexas o barras de la pared. Éstas son las porciones inflexas o barras de la pared. Todo esto es en relación a la cara externa de la pared, veamos ahora la cara interna de esa pared córnea. Si observamos en su cara interna, vemos cómo en el borde más próximal nos aparecen dos surcos, uno de pequeño tamaño que corresponde con el corion del limbo, y otro más ancho que corresponde con el corion o dermis de la corona o coronal. Si lo observásemos con lupa veríamos con  detalle que está ese corion agujereado, cribado,   ocupado por distintas perforaciones que alojan a las papilas que hemos descrito para la dermis. En posición más distal, vemos que la cara interna de la pared córnea está ocupada por distintas láminas, las láminas epidérmicas, que nos recuerdan a las láminas que hemos estudiado hace un momento en la dermis o corion de la pared. Esas láminas epidérmicas se adaptan perfectamente a las láminas dermales que hemos descrito en el corion.  Por lo tanto, hay una integración perfecta, es decir, se adaptan como un guante a una mano, y esa disposición en láminas supone una superficie de contacto muy amplio. Esas láminas epidérmicas no sólo están en esta zona, sino que también las vemos en las porciones correspondientes a las  barras o porciones inflexas, hacia la cuña, como vemos ahí en la imagen. Por lo tanto, hemos visto  la modificación de la dermis y de la epidermis en   la región del limbo de la corona y de la pared.  Es el momento de centrar nuestra atención en la región de la suela, y comenzamos analizando en primer lugar la modificación en la dermis. Vemos que esa dermis o corion está tapizando  la cara solear de la falange distal, tiene un borde excéntrico que contacta o que va a extenderse hasta el borde de la pared, es el borde parietal, y se extiende también  hacia la región de la cuña. Todo este   corion es un corion papilar también,  con pequeñas elevaciones, pequeñas papilas. La correspondencia de ese corion de la  suela, la tenemos en el estuche córneo,   en lo que conocemos como la suela córnea. La suela córnea, al igual que la pared córnea, tiene una cara externa, que es la que vemos aquí, y una cara interna que veremos ahora a continuación. Esta cara externa tiene un borde parietal que lo separa de la pared córnea, y es donde acabamos de describir a la línea alba. Además tiene un borde  central que separa la suela córnea de la cuña córnea. La suela córnea la podemos dividir en un cuerpo central y en dos ángulos hacia las barras o porciones inflexas de la pared córnea, que hemos descrito hace un momento. El borde central se extiende hasta los surcos  paracuneales, es decir, hasta la separación con la cuña córnea. El aspecto interior o la cara interna de la suela córnea, es la que vemos aquí en esta preparación.   Como observamos, se trata de  una superficie cribada, perforada para las papilas de ese corion o dermis de la suela. Además, es importante apreciar que se trata de una superficie en la cara interna, uniformemente convexa, y, por lo tanto, en la cara externa uniformemente cóncava. Con lo cual, no apoya cuando el animal está en locomoción o en estación, la suela córnea no está en un contacto directo con el suelo. Es decir, no es una estructura que soporte el peso del animal. La estructura que se encarga del soporte  del peso y de contactar directamente con   el suelo, es todo el borde solear de la pared,  donde hemos dicho que colocamos la herradura. La última de las regiones que nos queda  por analizar en estos órganos o estructuras   protectoras, es la correspondiente a la región cuneal, de la cuña o ranilla. Si analizamos primer lugar la dermis, vemos que la tenemos aquí en esta posición y que coincide con una elevación   al palpar aquí en esta región de la cuña, vemos que es blando el tejido que tenemos debajo, a diferencia del resto de zonas, donde vemos  que al apretar en el corion, la estructura que   tenemos inmediatamente por debajo es el hueso.  Sin embargo, aquí hay una elevación del tejido hipodérmico o subcutáneo, que corresponde a lo que hemos comentado hace un momento como almohadilla ungular.   Es aquí donde se localiza la almohadilla  ungular, esa modificación de la hipodermis. La dermis que ocupa la cuña en la región de la cuña, es una dermis también papilar, una dermis papilar que va adaptándose a esta superficie correspondiente a la cuña. La epidermis, vemos que, al colocar la posición del estuche córneo, la epidermis para esa región es la correspondiente   a la ranilla o cuña córnea, esta zona que vemos con forma triangular. La ranilla o cuña córnea, como decimos, tiene una base, que es así como se denomina, y un vértice en ese triángulo. Entre la base y el vértice vemos que hay un surco central, que denominamos surco cuneal central y que nos independiza a ambos lados de él, los dos pilares de la cuña o ranilla, los dos pilares de la cuña córnea Estos dos pilares están separados de las  porciones inflexas y de la suela córnea por lo que   denominamos los surcos paracuneales. La base de estos pilares es lo que conocemos también como los bulbos del casco. En la cara interna de la cuña córnea vemos cómo esas superficies convexas aquí se convierten en surcos, y en toda  la superficie está de nuevo perforado para recibir a las papilas de esa cuña, de esa dermis o corion de la cuña. Bien. Es importante recordar que, como decíamos, la única porción de corion o dermis que tiene capacidad de producir estuche córneo, que tiene capacidad de generar epidermis, es la corona, de tal forma que la pared que estamos viendo aquí, la pared córnea, crece desde  el borde coronario hacia el borde solear,   y esto lo podemos apreciar cuando cogemos un  casco de un animal en el que no se ha recortado   el borde solear, o bien el animal no desgasta  suficientemente ese casco, y apreciamos cómo el crecimiento excesivo de esa pared córnea, desde la dermis de la corona, se refleja en que esa pared sobrepasa el borde parietal de la suela. Esto termina deformando el casco, como vemos aquí en esta otra pieza, donde el crecimiento excesivo y el abandono en el cuidado del casco, puede dar lugar a una deformación del mismo. Como vemos, está desplazado hacia un lado,  está creciendo más hacia el lado lateral que hacia el medial, donde se presenta mayor desgaste.   En definitiva, la zona que se modifica con el avance del tiempo, si no se desgasta progresivamente, como decimos, es el borde solear de la pared. De ahí que sea la zona donde se trabaja,   donde se adaptan, donde se colocan las  herraduras en la línea alba con los clavos. Otro detalle importante es la relación que  hemos descrito entre las láminas de la dermis y las láminas de la epidermis. Esas láminas  se adaptan perfectamente, de tal manera que   cuando cogemos una sección sagital como en la  que comentábamos aquí, el espacio entre la cara   interna de la pared del casco y la dermis de la  pared es prácticamente, pues, apenas lo podemos identificar, puesto que hay una unión muy íntima.  Cuando estas láminas de la dermis se inflaman y se separan de las láminas de la epidermis,  lo que ocurre es un proceso de laminitis, y es lo que observamos en esta otra pieza. Vemos que ese espacio entre la pared córnea y la dermis de la pared aumenta, y nos muestra una banda mucho más ancha e incluso aumentada en volumen. Esto es lo que conocemos como una  infosura o laminitis en el dedo del caballo.

Propietarios

UMtv (Universidad de Murcia)

Publicadores

Maria Dolores Ayala Florenciano
Octavio Miguel Lopez Albors

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