Idioma: Español
Fecha: Subida: 2012-06-27T00:00:00+02:00
Duración: 13m 53s
Lugar: Espinardo - Facultad de Veterinaria - Museo Anatómico Veterinario
Lugar: Videotutoriales
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Articulaciones de la columna vertebral

Anatomía veterinaria: aparato locomotor

Transcripción

Las articulaciones que se establecen en la columna vertebral afectan a diferentes niveles a las vértebras. Principalmente destacan las articulaciones que se van a establecer entre los cuerpos de las vértebras, son las sínfisis intervertebrales. Pero además va a haber ligamentos que van a vincular las vértebras entre sus apófisis uniéndolas a diferentes niveles. Vamos a describir esos ligamentos hablando en primer lugar de esa unión entre los cuerpos de las vértebras adyacentes. Esta unión entre los cuerpos de vértebras adyacentes, que es la sínfisis intervertebral. La sínfisis interverterbal la podemos observar en estas preparaciones húmedas donde hemos hecho un corte sagital de una preparación de columna vertebral de cerdo y aquí tenemos un complejo de tres de tres vértebras. Se aprecia en esta sección sagital que los cuerpos de las vértebras adyacentes se articulan interponiéndose entre ellas un fibrocartílago. Esto da lugar a que esta unión entre la cabeza de una vértebra y la fosa de la vértebra precedente, se denomine como sínfisis intervertebral. En la sínfisis intervertebral que es una articulación poco móvil como tal sínfisis, se describe un anillo fibroso en la periferia y un núcleo central gelatinoso denominado núcleo pulposo. En estas vértebras, donde por un lado estamos viendo esa sínfisis abierta, se observa perfectamente la morfología del disco o anillo fibroso en esa sínfisis, es periférico, es un tejido cartilaginoso y en el centro tenemos el núcleo pulposo, núcleo gelatinoso que no llega nunca a osificar y que en los casos de las típicas hernias discales implican un desplazamiento de este núcleo pulposo fuera de su alojamiento normal. Cuando se desliza hacia el canal vertebral y comprime la médula genera el típico dolor de hernia discal. Además de esta sínfisis intervertebral que estará en toda la columna vertebral tenemos que hacer mención a los ligamentos que se establecen entre las vértebras a otro nivel. Tenemos ligamentos entre las apófisis espinosas. Son los ligamentos interespinosos. También tenemos ligamentos que se establecerán entre los espacios interarcuales. Son pequeños ligamentos, difíciles de apreciar en esta preparación. Se denominan ligamentos amarillos, son los que cierran los espacios interarcuales. También tenemos ligamentos entre las apófisis transversas. Como se aprecia en esta preparación, las apófisis transversas de las vértebras lumbares quedan vinculadas por estos ligamentos intertransversos. Además de estos ligamentos entre apófisis, tenemos una serie de ligamentos que van a unir las vértebras de manera longitudinal proyectándose a lo largo de diferentes segmentos vertebrales. Hacemos mención, en primer lugar, al ligamento longitudinal ventral y al ligamento longitudinal dorsal. El ligamento longitudinal ventral como se aprecia en este bloque de vértebras del cerdo, vistas por el lado izquierdo en este caso, es un ligamento este longitudinal ventral que recorre ventralmente los cuerpos vertebrales. Este ligamento longitudinal ventral se va a poder localizar desde el promontorio del sacro hasta las últimas vértebras torácicas. Recorre ventralmente los cuerpos de las vértebras lumbares y las últimas vértebras torácicas. Desde la octava-novena hacia la decimotercera en el caso del perro. En sentido dorsal a este ligamento que acabamos de describir, está el ligamento longitudinal dorsal. Y este ligamento recorre los cuerpos vertebrales por encima, dorsalmente a los cuerpos. Ahí los tenemos. Al haber abierto el canal vertebral retirando el arco, se aprecia el ligamento longitudinal dorsal. Un ligamento que desde el sacro recorre dorsalmente el canal vertebral pegado a los cuerpos de las vértebras hasta llegar a nivel de las dos primeras, hasta llegar a la articulación atlantoaxial y atlatooccipital donde va a cambiar de morfología. Tenemos finalmente un ligamento, también largo, que recorre las apófisis espinosas en su vértice. Es el ligamento supraespinal. El ligamento supraespinal se origina también o se inicia podemos decir en la parte de las vértebras, en los segmentos lumbares y lo vemos proyectado también en las vértebras torácicas. Hay que precisar que este ligamento supraespinal, al llegar a las primeras vértebras torácicas, va a cambiar de nombre y pasa a llamarse ligamento de la nuca. Este ligamento de la nuca, continuación de ligamento supraespinal, va a ser encargado de fijar desde la región de la cruz la región de la dorsal a las cuatro o cinco primeras, entre la cuarta y la quinta vértebras torácicas, ese ligamento fije esa región de la cruz con la nuca. Se aprecia bien este ligamento aunque no es continuo, falta un pequeño fragmento que lo una a la cara nucal del occipital, pero si se ve su proyección desde la región de la cruz mediante un cordón, un fascículo que se denomina el cordón de la nuca. El cordón de la nuca. Este cordón de la nuca que une a la región occipital es de gran desarrollo en las grandes especies, sobre todo en el caballo y en la vaca donde contribuye a sujetar en gran medida el peso del cuello y de la cabeza fijándolo desde la región de la cruz. En este ligamento de la nuca no sólo está el cordón, también hablamos de una porción, laminar, la lámina de la nuca. Esa lámina de la nuca son expansiones fibrosas laminares, que desde el cordón se fijan a las apófisis espinosas de las vértebras cervicales y también de las primeras torácicas. Este ligamento de la nuca con su porción funicular o cordón y su porción laminar o lámina, no se presenta en el cerdo, tampoco en el gato y en el perro solo se describe como un una porción funicular, un cordón que desde esa región de la cruz se va a fijar terminará sobre la apófisis espinosa del axis. No llega a la cabeza, termina en el axis. Terminamos esta referencia a las articulaciones de la columna vertebral centrándonos en la región, atlantooccipital y atlantoaxial. Estas articulaciones, atlantooccipital y atlantoaxial, axial presentan una anatomía particular distinta a las de las restantes vértebras porque los movimientos a ese nivel son mucho más especializados y diversos. La articulación atlantooccipital se establece, como se aprecia en esta preparación ósea, entre el atlas, concretamente con sus foveas articulares craneales, y los cóndilos del occipital. Es una articulación sinovial elipsoidea que lleva a tener movimiento principalmente de flexión y extensión, lo que corresponde a la depresión y a la elevación de la cabeza. Comúnmente, aunque es más un término de anatomía humana, se le denomina la articulación del 'Sí' por estos movimientos de depresión y elevación de la cabeza. La siguiente articulación es la atlantoaxial. Esta atlantoaxial se establece entre la fovea articulares, caudales del atlas y las apófisis articulares craneales del axis. Interviene, además, el diente del axis. El diente del axis que apoya sobre la cara dorsal del arco ventral del atlas. Esta articulación es de tipo trocoideo implica una rotación del atlas lateralmente respecto al eje central del diente del axis. Esa rotación que pivota sobre el diente del axis es una articulación trocoidea que comúnmente se conoce como del 'No', ya que genera desplazamientos de la cabeza a ambos lados. Estas articulaciones atlantoaxial y atlantooccipital presentan cápsulas articulares, amplias, aquí queda parte de esa cápsula que hemos mantenido. Es una cápsula fibrosa que está reforzada dorsalmente y también lateralmente mediante refuerzos que se consideran como ligamentos capsulares. Refuerzos de la propia cápsula. No obstante, los principales refuerzos ligamentosos se establecen internamente. Será este ligamento pintado aquí de verde, que es la continuación del ligamento longitudinal dorsal, el que a este nivel va a unir el diente del axis al atlas. Aquí se denomina ligamento longitudinal del diente, ya no ligamento longitudinal dorsal. Este ligamento longitudinal del diente fija el diente al arco ventral del atlas y algún fascículo también aunque no están esta preparación, salta hasta los cóndilos del occipital, son los fascículos denominados pseudoalares. Mostramos también esta articulación o estas articulaciones en el perro. En esta preparación, donde hemos provocado una apertura del arco vertebral en el axis y en el atlas, se aprecia cómo el ligamento longitudinal dorsal llega a nivel de la articulación atlantoaxial y salta uniendo el diente al atlas. Incluso se aprecian los fascículos que llegan hacia los cóndilos del occipital. Ligamento, que en este caso se llama ligamento del vértice del diente y los fascículos alares que llegan a los cóndilos. Un ligamento adicional propio de los carnívoros lo diferencia del caballo. Es este ligamento que a modo de puente transversal abraza dorsalmente el diente. Es el ligamento transverso del atlas. Ligamento que sujeta, que abraza el diente y lo fija en su posición. Cualquier lesión que implique a este ligamento transverso puede provocar una compresión medular del diente sobre la médula espinal.

Propietarios

UMtv (Universidad de Murcia)

Publicadores

Octavio Miguel Lopez Albors

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Serie: Articulaciones (+información)

Columna vertebral, tórax, cabeza